El «Lastre» que los Fisioterapeutas Cargan al Vender: La Culpa de Pensar que Somos Voluntarios

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En el mundo de la fisioterapia, a menudo nos encontramos con un desafío único: la percepción de que nuestros servicios deben ser ofrecidos de forma gratuita o a un precio mínimo. Esta mentalidad arraigada no solo afecta nuestra capacidad para vender nuestros servicios, sino que también contribuye a la devaluación de nuestra profesión. Es hora de desmitificar este «lastre» y reconocer el valor real que aportamos como fisioterapeutas.

¿Por qué se percibe así la fisioterapia?

Una de las razones principales detrás de esta percepción es la idea errónea de que el cuidado de la salud debe ser accesible para todos de forma gratuita o a un costo mínimo. Si bien es cierto que todos sin distinción debemos tener un acceso a la atención médica básica, incluida la fisioterapia, hay que entender que las personas que decidan ir a la fisioterapia en el sector privado, va más allá de eso. Nuestros servicios implican conocimientos especializados, técnicas específicas y tiempo dedicado a cada paciente para lograr resultados significativos.

El mito del voluntariado en la fisioterapia

Muchos pacientes y, a veces, incluso otros profesionales de la salud, ven a los fisioterapeutas como voluntarios que ofrecen sus servicios por pura generosidad. Esta percepción es profundamente incorrecta. Como profesionales altamente capacitados, hemos invertido tiempo y recursos significativos en nuestra formación y desarrollo profesional. Esperar que trabajemos de forma gratuita o a un costo mínimo es injusto y desvaloriza nuestro trabajo.

Reconociendo a nuestro valor

Es fundamental que como fisioterapeutas reconozcamos y defendamos el valor de nuestros servicios. No solo brindamos alivio del dolor y rehabilitación física, sino que también mejoramos la calidad de vida de nuestros pacientes y les permitimos volver a realizar actividades que les apasionan. Esto es invaluable y merece ser reconocido como tal.

Superando el «lastre» y vendiendo con confianza

Para superar este «lastre» y vender nuestros servicios con confianza, debemos comenzar por cambiar nuestra propia mentalidad. Debemos reconocer y creer en el valor que ofrecemos como fisioterapeutas. Esto implica no sentirnos culpables por cobrar tarifas justas por nuestro trabajo y no ceder ante la presión de ofrecer descuentos excesivos o servicios gratuitos.

Además, es crucial educar a nuestros pacientes y al público en general sobre la naturaleza especializada de la fisioterapia y los beneficios tangibles que ofrece. Al explicar claramente los servicios que proporcionamos y los resultados que pueden esperar, podemos ayudar a cambiar la percepción de que la fisioterapia es un servicio «opcional» o «de lujo».

Es hora de dejar de cargar con el «lastre» de la percepción de que los fisioterapeutas somos voluntarios. Reconozcamos y defendamos el valor de nuestra profesión, y vendamos nuestros servicios con confianza y orgullo. Al hacerlo, no solo elevaremos la percepción de la fisioterapia en la sociedad, sino que también nos aseguraremos de que se nos valore y remunere adecuadamente por nuestro trabajo invaluable.