El dolor crónico afecta a muchas personas en todo el mundo y puede tener un gran impacto en su calidad de vida. Se ha observado que esta condición está relacionada con niveles elevados de cortisol, una hormona producida por las glándulas suprarrenales en respuesta al estrés.Aunque el cortisol es necesario para regular varios procesos fisiológicos, como el metabolismo y la respuesta inmune, en pacientes con dolor crónico, los niveles de cortisol pueden permanecer altos durante períodos prolongados, lo cual puede ser perjudicial para el organismo. Los altos niveles de cortisol pueden afectar la capacidad del cuerpo para regular la inflamación, lo que empeora la percepción del dolor en estos pacientes.Además, el cortisol elevado puede debilitar el sistema inmune y hacer que los pacientes sean más propensos a desarrollar enfermedades crónicas, como enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad. También puede afectar el cerebro, particularmente el hipocampo, lo que causa dificultades de concentración y memoria en los pacientes con dolor crónico.Aunque algunos estudios sugieren que los niveles elevados de cortisol podrían ser una respuesta adaptativa al dolor crónico, aún no se comprende completamente su papel a largo plazo en estos pacientes y se necesita más investigación al respecto.En resumen, los niveles altos de cortisol en pacientes con dolor crónico pueden tener efectos negativos en el cuerpo, incluyendo la capacidad de regular la inflamación, el sistema inmune y la función cerebral. La fisioterapia puede ser útil para tratar el dolor crónico y regular los niveles de cortisol en el cuerpo. El ejercicio terapéutico, la terapia manual y la educación sobre el dolor han demostrado ser efectivos, mejorando la función física y reduciendo la inflamación al aumentar la producción de hormonas antiinflamatorias. Además, el ejercicio ayuda a reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo, lo que puede ayudar a disminuir la producción crónica de cortisol en el cuerpo.
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