Muchos fisioterapeutas montaron su clínica con pasión, ilusión y muchas ganas de ayudar… pero con el tiempo, la realidad les pesa: agendas llenas pero cuentas vacías, falta de tiempo, márgenes apretados, y una sensación constante de estar corriendo sin llegar a ningún lado.
La pregunta es: ¿quieres tener una clínica o un negocio rentable y sostenible?
El salto de clínica a negocio
Tener una clínica no es lo mismo que tener un negocio. Una clínica trabaja para atender. Un negocio trabaja para crecer, generar beneficios y darte libertad.
Estos son algunos de los cambios clave que marcan la diferencia:
1. Tener una estrategia, no solo una agenda llena
Tener pacientes no es suficiente si no sabes hacia dónde vas. ¿Tienes un plan de negocio? ¿Sabes qué margen de beneficio necesitas por cada sesión? ¿Cuántos pacientes deben repetir o recomendarte para que el modelo funcione?
2. Medir lo importante (y dejar de ir “a ojo”)
¿Sabes cuánto te cuesta un paciente nuevo? ¿Qué servicio te deja mayor rentabilidad? ¿Cuánto tiempo de trabajo real genera cada fisioterapeuta? Sin KPIs (indicadores clave), solo estás adivinando.
3. Fidelizar y rentabilizar tu base de datos
La mayoría de clínicas pierde dinero por no tener un plan de fidelización. Un paciente fidelizado no solo repite: recomienda, compra servicios complementarios y te ayuda a crecer
La mayoría de clínicas pierde dinero por no tener un plan de fidelización. Un paciente fidelizado no solo repite: recomienda, compra servicios complementarios y te ayuda a crecer sin gastar más en publicidad.
4. Optimizar fiscalmente tu negocioLa diferencia entre pagar de más o de menos en impuestos puede ser abismal. ¿Estás usando bien tu estructura societaria? ¿Estás amortizando bien tus inversiones? Un mal