La hernia de Schmorl es una afección en la columna vertebral que se puede detectar a través de pruebas de imagen, como resonancias magnéticas. Consiste en la protrusión de pequeñas hernias de disco que se introducen dentro del cuerpo de la vértebra. A diferencia de las hernias discales tradicionales, donde el material discal se introduce en el canal espinal, en la hernia de Schmorl el disco intervertebral se introduce en el interior de la vértebra.
Las causas de la hernia de Schmorl no están completamente claras, pero se han propuesto varias teorías. Entre ellas se encuentran los cambios degenerativos en la columna vertebral debido al envejecimiento, los microtraumatismos causados por cargas y pequeños golpes en la columna vertebral, y los cambios en el desarrollo embrionario que pueden hacer que las células precursoras del disco intervertebral queden atrapadas entre las células precursoras de las vértebras.
La mayoría de las personas con hernia de Schmorl no experimentan dolor de espalda y no requieren tratamiento. Sin embargo, en algunos casos, los nódulos de Schmorl pueden estar asociados con otros problemas de espalda importantes y causar dolor lumbar. Se cree que este dolor está relacionado con una respuesta del sistema inmunológico que reconoce el material discal como extraño y desencadena mecanismos inflamatorios.
En casos en los que la hernia de Schmorl provoca dolor, se pueden emplear tratamientos conservadores, como el reposo relativo, analgésicos, fisioterapia y el paso del tiempo para reducir la inflamación. También se puede realizar la rizólisis, una técnica mínimamente invasiva que bloquea los nervios para aliviar el dolor. En situaciones más graves, cuando los tratamientos conservadores no son efectivos, se puede considerar la cirugía mínimamente invasiva, como la vertebroplastia, que consiste en inyectar cemento óseo en la vértebra afectada para estabilizar la columna y reducir el dolor.
Es importante destacar que no todos los nódulos de Schmorl causan dolor, y el diagnóstico preciso es fundamental para determinar la causa de las molestias y establecer el tratamiento adecuado. Un traumatólogo especialista en columna debe evaluar tanto los resultados de las pruebas diagnósticas como los síntomas clínicos del paciente para realizar un diagnóstico preciso. En algunos casos, se puede solicitar una consulta médica en línea para revisar los resultados y los síntomas antes de proporcionar un informe de diagnóstico y, si es necesario, desarrollar un plan de tratamiento y seguimiento.